Podrán tener mi mirada, pero no tendrán mis ojos.
Podrán usar mi perfume, pero jamás olerán como yo.
Podrán parecerse a mí, pero ninguna será yo.
Ese, será tu castigo. Esa, será mi bendición.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)